Año 2011


Ni vivos ni muertos

Fuente: publico.es


Cada año se denuncian en España cerca de 20.000 desapariciones. Un 85% se resuelve en los 15 días siguientes; otras tardan años. En una decena de casos, la Policía sospecha que se ocultan crímenes

Ruth y José Bretón Ortiz, de 6 y 2 años de edad, desaparecieron en Córdoba el 8 de octubre. Casi un mes después, su paradero sigue siendo una incógnita, pese a que la Policía ha detenido al padre como sospechoso y ha rastreado hasta la extenuación una finca de la familia paterna en busca de algún indicio sobre su paradero. 


En España se denuncian cada año cerca de 20.000 desa-pariciones, un 8% de las cuales son calificadas como de "alto riesgo". Del total , aproximadamente el 85% se resuelve en los 15 días siguientes, según datos de las Fuerzas de Seguridad. El resto, sin embargo, lleva más tiempo. Años, a veces. Algunas tienen un final feliz. Otras desembocan en el depósito de cadáveres. Pero también las hay que nunca terminan de aclararse. Sus protagonistas no aparecen ni vivos ni muertos, y los policías se enfrentan a un callejón aparentemente sin salida. 


Cerca de un 8% de las desapariciones son catalogadas de "alto riesgo"

En una decena de estos últimos casos, los agentes están incluso convencidos de que el desaparecido ha sido víctima de un homicidio y, a veces, hasta tienen un sospechoso del mismo. Pero no hay pruebas. "Y, sin cadáver, es muchísimo más difícil encontrarlas", reconoce un teniente de la Guardia Civil especializado en estos casos. La Justicia también tiene serias dificultades para condenar a estos sospechosos si no se halla el cuerpo, aunque a veces lo logra. 


Junto a la frustración policial, estos casos acumulan también el dolor de las familias de los desaparecidos. Flor Bellver, presidenta de Inter-SOS, una asociación que aglutina a decenas de ellas, asegura que "no saber qué le ha pasado a un familiar es lo peor. Muchos de nuestros socios me dicen que no quieren morirse sin saber qué le pasó a su ser querido". De idéntica opinión es Fran Jiménez, coordinador de SOS Desaparecidos, otra asociación que acoge a familias que nunca volvieron a saber de alguno de sus miembros. Desde su web, intenta dar a conocer los casos, sean antiguos o recientes, para que no caigan en el olvido. "En menos de tres horas, 259.000 internautas se descargaron las fotos que colgamos de Ruth y José [los niños de Córdoba]. Tenemos 25.000 cibervoluntarios", asegura con orgullo.


Interior creó hace sólo dos años una base común para todas las policías

Ambas asociaciones aplauden la decisión que hace poco más de dos años tomó el Ministerio del Interior de crear un protocolo de búsqueda de desaparecidos y de reunir toda la información sobre ellos en una base a la que tienen acceso no sólo la Policía y la Guardia Civil, sino también la Ertzaintza, los Mossos d'Esquadra y la Policía Foral de Navarra. Incluso se creó un Sistema de Alerta por Desaparición de Alto Riesgo (Sadar) para acelerar la búsqueda en aquellos casos de "alto riesgo" en los que se teme un riesgo para la víctima. 


"Se ha conseguido eliminar duplicidad de denuncias y borrar de los archivos muchos de los casos resueltos tras la vuelta voluntaria de las personas pero cuyas familias olvidaron retirar la denuncia", señalan fuentes de Interior. El sistema también incluye el cruce de datos antropométricos de los desaparecidos y de las muestras de ADN de sus familiares con los cadáveres sin identificar que hay en las morgues, más de 3.000.


Sin embargo, las familias aún echan de menos ayuda. "Falta un asesoramiento jurídico y psicológico, sobre todo cuando son casos de larga duración", denuncia la presidenta de Inter-SOS. Fran Jiménez también critica el papel de la prensa: "De los casos mediáticos se informa dos semanas en el mejor de los casos y luego, el silencio. De otros, ni eso. Al final, todos acaban en el olvido". Público ha rescatado cinco de esas desapariciones "de alto riesgo".


Los agentes cruzan las denuncias con datos de cadáveres sin identificar

Juan Bergua recuerda el último día que vio a su hija Cristina como si hubiera sido ayer mismo. Y, sin embargo, han pasado más de 14 años. El domingo 9 de marzo de 1997, Juan y su mujer salieron a dar una vuelta por Cornellá (Barcelona), donde aún viven, y se despidieron de su hija, que estaba escuchando música en la habitación de su hermano mayor. Ella les dijo que más tarde saldría con sus amigos. Nunca más volvieron a verla.


Las familias critican la falta de apoyo psicológico en casos de larga duración

Aquella misma noche, cuando vio que su hija "que siempre avisaba cuando se iba a retrasar" ni llegaba ni telefoneaba, se fue a la comisaría e intentó poner una denuncia. "Los policías no quisieron aceptarla porque me dijeron que era necesario esperar unas horas". Al día siguiente, regresó y la formalizó. Desde entonces, nada o casi nada. "Cuatro meses después recibimos un anónimo que nos decía que buscásemos en los contenedores de basura. Se lo llevamos al juez, quien tardó otros 11 meses en autorizar el registro del vertedero. Fueron sólo ocho policías y no hallaron nada", recuerda. Juan no puede evitar comparar aquellos momentos con el caso de Marta del Castillo: "Ha sido todo un avance que ahora la Justicia se lo tome en serio y realizase en Sevilla un rastreo a conciencia del vertedero, con la participación de más de 200 agentes".


Juan creó la asociación Inter-SOS después de coincidir en un programa de radio con otras parejas que buscaban a sus hijos. Desde entonces, ha luchado por conseguir una mayor implicación de la Administración. "Ahí está el protocolo, la base que unifica los datos...". Y, aunque no lo diga, la aprobación por el Congreso del 9 de marzo como Día de los Desaparecidos sin causa aparente. La misma fecha que él vio por última vez a su hija. 


A Yeremi se lo tragó la tierra el 10 de marzo de 2007 en Vecindario, una localidad de 10.700 vecinos a 37 kilómetros de Las Palmas de Gran Canaria. Yeremi, de 7 años, jugaba con dos de sus primos en un terreno al lado de su casa. La abuela, Herminia, les llamó para comer. Dos de los niños subieron, pero Yeremi, no. No se escucharon gritos ni quedaron señales de lucha ni pisadas en el suelo. Desde entonces, no se ha vuelto a saber nada de él, informa Susana Hidalgo.


A Herminia, la abuela, la reciente desaparición de los niños de Córdoba le ha hecho recordar los primeros días de la pérdida de su nieto. "La portavoz llamando a la calma, la casa que se llenaba de gente que entraba y salía... Todo como nos pasó a nosotros", rememora. Su marido, Antonio, salió durante mucho tiempo diariamente a rastrear los pozos de la isla, pero ya no lo hace. "No le queda lugar donde buscar", señala su mujer. La madre del niño, Ithaisa, ha dado a luz recientemente y tiene otro hijo, Aidan. Ella repite que el hombre que se llevó a Yeremi cometerá un error en cualquier momento y caerá.

De la misma forma piensa Herminia, que agradece el esfuerzo de los guardias civiles que siguen el caso. "Estoy segura de que Yeremi está vivo. Los agentes vienen de vez en cuando y se toman un café en casa. Es una inyección de ánimo saber que están", concluye.


"El mismo georradar con el que están buscando a los niños en Córdoba ha estado aquí [en Aguilar de la Frontera] tres veces ya, intentando encontrarla". Antonio es hermano de Ángeles Zurera, una mujer que desapareció hace más de tres años de su casa, de madrugada, mientras uno de sus hijos dormía y el otro jugaba a la videoconsola. Alguien llamó a la puerta, la mujer abrió y nunca más se supo. Sus hijos no la echaron de menos. Al día siguiente, cuando no llegó a trabajar, sus compañeras denunciaron su desaparición, informa Alfonso Alba.


Desde marzo de 2008, la Guardia Civil no ha dejado de buscarla. De hecho, en dos semanas está previsto un nuevo rastreo. La jueza de Aguilar que instruye el caso ha autorizado excavar en los cimientos de una nave industrial a las afueras de este pueblo cordobés en los que un nuevo testigo sitúa el paradero de la mujer.


En estos casi cuatro años, se ha buscado hasta en diez lugares diferentes. Se han levantado fincas de olivos y vides, se ha buceado en una laguna, se han abierto zanjas en carreteras... Siempre sin éxito. La Guardia Civil siempre sospechó del exmarido, a quien no ha llegado a detener. El hombre fue interrogado, pero nunca se pudo probar nada. 


"Esperadme, que vuelvo enseguida". Pero no volvió. La familia de Juan González lleva más de 23 años buscando a este joven que tenía 18 años la última vez que le vieron. Fue saliendo de un salón recreativo de Altet, la localidad de Alicante donde vivía con su familia. Ángeles, su madre, recuerda que durante todos estos años ha hecho todo lo imaginable por encontrar una pista sobre el paradero de su hijo, pero sin éxito: "Fui varias veces al programa Quién sabe dónde, y me entrevisté con videntes que unas veces me decían que estaba vivo y otras, que muerto".


Ángeles recuerda que sospechó del marido, ya fallecido, de una cuñada, pero cuando le interrogó la Policía negó cualquier relación con la desaparición. "A finales del invierno pasado, le pedí a su mujer que si sabía algo que me lo contase, que en el juzgado me habían dicho que el delito había prescrito, pero insistió en que su marido no tuvo nada que ver". Ángeles, que reconoce que el muchacho tenía encontronazos con su padre, siempre descartó una fuga voluntaria: "Nunca había salido del pueblo y no se llevó ni el DNI". Ahora, después de tantos años, le cuesta creer que aún siga vivo.


La familia de Mari Cielo Cañavete tiene hoy una cita con la Justicia. La Audiencia Provincial de Albacete inicia la vista contra Francisco R. G., el hombre con el que la mujer mantenía una relación sentimental y que está acusado de hacerla desaparecer el 10 de octubre de 2007. Esperanza, la hermana de Mari Cielo, cree, sin embargo, que el juicio no servirá para localizar el cadáver: "Aunque le condenen, sé que no va a hablar", se lamenta con rabia.


Ella aún recuerda cómo después de denunciar la desa-parición, la Policía tardó meses en hacerles caso. "Nos decían que se había ido voluntariamente y que ya volvería por Navidad". Sin embargo, nunca se produjo ese regreso y tuvo que ser un grupo de agentes desplazados desde Madrid los que recomponieran el puzzle de la desaparición. 


"Mi padre siempre sospechó de ese hombre", recuerda. Entonces inició una lucha para sentarle en el banquillo: "Mari Cielo había quedado con él ese día y hay testigos que les vieron juntos en el todoterreno de él, aunque él lo niega". Pese a que el cadáver aún no ha aparecido, el fiscal le acusa de homicidio. "Su condena sería un consuelo, aunque nosotros queremos recuperar el cuerpo".

La agonía de buscar y no encontrar

Fuente: diariodeavisos.com


Madeleine McCann, Yéremi Vargas, Sara Morales…, son sólo algunos de los rostros de una tragedia que, desgraciadamente, está adquiriendo tintes de cotidianidad en nuestro país en los últimos años. Es el drama de los niños desaparecidos, una lacra que ha vuelto a las primeras páginas de los medios a raíz del caso de los dos menores cordobeses que, supuestamente, se perdieron en un parque de la ciudad andaluza hace ya dos semanas.


El fenómeno de los niños desaparecidos, no obstante, no es nuevo, hasta el punto de que desde 1981, el 25 de mayo se celebra en todo el mundo el Día Internacional de los Niños Desaparecidos, en recuerdo de las familias que, por causas desconocidas, han perdido a alguno de sus hijos. 


No se sabe a ciencia cierta qué o quién está detrás de un fenómeno que, por momentos, está alcanzando proporciones preocupantes. No en vano, según cifras de Child Focus, el Centro Europeo para la Búsqueda de Niños Desaparecidos, en Italia se ha perdido la pista a 1.850 niños desde 2009; en Bélgica y Holanda, a 1.022; en el Reino Unido se contabilizan cerca de 70.000 la última década. Y sólo en España, fuentes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado estiman que cada año se presentan unas 20.000 denuncias por casos de este tipo, muchos de los cuales están todavía por resolver.

El caso del pequeño Yéremi Vargas conmocionó a la opinión pública del Archipiélago hace unos años. / DA
El caso del pequeño Yéremi Vargas conmocionó a la opinión pública del Archipiélago hace unos años. / DA

Para Flor Bellver, psicóloga y presidenta la Asociación de Familiares de Personas Desaparecidas sin Causa Aparente (Inter-SOS), dado que es un problema que abarca tantos ámbitos y es muy complejo, la situación “desborda a las familias”. “Hay que tratar con policías, jueces, medios de comunicación,…, muchas veces en un lenguaje críptico, para el que la mayoría de las personas no estamos preparados”, añade Bellver, quien recuerda que “en la actualidad sólo existen en el Código Civil materias referidas a la Ley del Ausente, con plazos muy claros sobre la declaración de defunción que debe asumir la familia”. Ésta, según la psicóloga, es la principal damnificada de una desesperante situación que es difícil de asumir. 


“Si imaginamos que desaparece el cabeza de familia, el que aportaba su sueldo a la unidad familiar, las leyes son muy rígidas. Deja de percibir su sueldo, se congelan las cuentas bancarias, etcétera. Todo queda en suspenso hasta la resolución del caso. Esas familias quedan desamparadas, sin apoyo material, asesoramiento jurídico ni acompañamiento psicológico”.


Investigaciones

En el caso de los menores, la ausencia se torna mucho más “desesperante”, expone Joaquín Amills, presidente de SosDesaparecidos, entidad que fundó a raíz de la desaparición de su hijo hace ya más de tres años. Para él, “las primeras horas pueden ser claves”, por lo que es necesario actuar con celeridad. “Cada día las posibilidades son menores, pero no por ello hay que rendirse, porque cada día que unos padres no tienen a sus hijos, que no pueden llorar donde están reposando, los llevan más en su corazón; y por ellos, por su inocencia y sensibilidad, deben seguir luchando y exigiendo que los sigan buscando”, espeta.


En la misma línea se manifiesta Jaime Fontanals, perito judicial por la Universidad Autónoma de Barcelona, miembro de la Asociación Profesional de Detectives Privados de España (APDPE), autor del libro ¿Dónde estás? y director del blog Alerta Desaparecidos. En su opinión, lo primero que se debe hacer es determinar si una desaparición es voluntaria o involuntaria. “Para ello, basta contestar a las siguientes preguntas: ¿ha desaparecido en anteriores ocasiones?, ¿se llevó dinero o documentación?, ¿falta ropa o efectos personales? En el caso de que la respuesta sea negativa, hay que actuar de inmediato y comunicar a la policía estos detalles”, denota Fontanals, quien reitera que “no hay que esperar que transcurran las 24 horas de rigor, sino avisar de inmediato”. 


La empresa, en cualquier caso, se torna complicada, ya que tampoco la Policía dispone en muchos casos de medios, incluso de acciones legales para realizar sus investigaciones, aunque los miembros pertenecientes a los cuerpos y fuerzas de seguridad se esfuercen personalmente lo indecible en resolver estos casos.

La identificación genética, clave en la búsqueda de desaparecidos. / DA
La identificación genética, clave en la búsqueda de desaparecidos. / DA

Identificación genética y trata de personas

En 1998, el grupo de investigación del Departamento de Medicina Legal y Toxicología de la Universidad de Granada ideó un programa de identificación genética de personas desaparecidas (Programa FÉNIX), para la determinación de cadáveres o restos que no se pudiesen identificar empleando métodos tradicionales. Su finalidad era prestar ayuda a los familiares de las personas desaparecidas. 


Este programa fue pionero a nivel mundial, puesto que anteriormente no existía ninguna base de datos con estos fines. Esta iniciativa fue apoyada por la Guardia Civil y el Ministerio del Interior, lo que permitió la creación de un programa nacional de identificación de cadáveres y restos de desaparecidos. También a través del Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada, en 2004 se puso en marcha el Proyecto DNA-PROKIDS, centrado en la lucha contra el tráfico de seres humanos a través de la identificación genética de las víctimas y sus familiares, especialmente en niños. Tras un estudio piloto en países de Centroamérica y Asia, llevado a cabo entre 2006 y 2008, hace dos años se decidió su ampliación definitiva con alcance mundial.


Claves y consejos

¿Qué hacer? En primer lugar, reflexionar y valorar las costumbres y hábitos del desaparecido. Luego, hablar con las personas con las que se haya relacionado el día de la desaparición. Hacerse una primera hipótesis de lo que puede haber pasado. Si no hay ninguna explicación clara, acudir enseguida a la Policía para formalizar una denuncia. Entrevistarse con el responsable principal y preguntar qué más se puede hacer para ayudar a su localización. Luego, hacer pública la desaparición ante los medios de comunicación: prensa, radio y televisión.


¿Cómo actuar? Editar y repartir carteles con la fotografía y datos característicos, indicando como contacto el número de la Policía. Se pueden repartir en estaciones de tren, autobuses, metro, comisarías, juzgados, hospitales, mercados y otros lugares muy frecuentados. Ponerse en contacto con otros servicios o instituciones que pueden ayudar: policía municipal, bomberos, guardas forestales, servicios sociales, etc. Alojar los datos personales y la fotografía en una página de Internet y hacer la difusión por la Red. Contactar con todas las personas con las que mantenía una relación importante para encontrar algún indicio. Mantener entrevistas periódicas con la comisaría que lleve el caso. Conocer todos los ambientes donde se relacionaba la persona desaparecida. Crear un grupo de apoyo con amigos y compañeros de la persona y de la familia con encuentros periódicos para analizar el caso y ver qué más se puede hacer. 


¿Cómo ayudar? La colaboración de los ciudadanos tiene una gran importancia a la hora de poder ayudar a las familias de los desaparecidos, ya que las primeras 48 horas son de extrema importancia. Las alertas lanzadas por sosdesaparecidos, tanto por e-mail como las redes sociales, tienen que ser difundidas por todos los cibervoluntarios que se presten. Además, una manera importante de ayudar es participar en la campaña de carteles y de búsqueda sobre el terreno bajo control de las fuerzas y cuerpos de seguridad.

El drama de las familias que buscan a un familiar desaparecido sin dejar rastro "Documentos TV - Ni vivos ni muertos"

Fuente: www.rtve.es


'Ni vivos ni muertos'es el título del reportaje que emite 'Documentos TV'este domingo 17 de julio, en el que muestra cómo la desesperación de las familias a veces les hace recurrir a métodos poco fiables en busca de cualquier pista. En España, cada año, se presentan doce mil denuncias por desaparición. El 99 por 100 son desapariciones voluntarias y se resuelven positivamente.


Decir desaparecidos es decir que no están vivos y decir que no están muertos. La vida de quienes les buscan se convierte en una madeja de hipótesis y ansiedades, de dolor y de preguntas sin respuesta.


Muchas familias lograron desatar auténticos vendavales mediáticos, llenando las paredes de sus ciudades y de España entera con los rostros de sus hijos. Algunos, incluso, ofrecen recompensas. A veces siguen pistas verdaderas y falsas, rumores, “soplos”… y la desesperación les puede llevar a invertir en la búsqueda los ahorros de toda una vida, recurriendo a detectives o a videntes sin escrúpulos. En ocasiones, los desaparecidos parecen haber estado en todas partes. Y en ninguna.


No hay cifras oficiales de desaparecidos en España. Inter-Sos, la principal asociación de desaparecidos, hablaba de catorce mil casos en 2006. De las doce mil denuncias anuales, el noventa y nueve por ciento son desapariciones voluntarias y se resuelven positivamente. El resto son las desapariciones inquietantes o de alto riesgo, en las que la vida de la persona puede estar en peligro. Son estos los que preocupan a los cuerpos de seguridad. Porque desaparecer no es un delito.


'Ni vivos ni muertos' retrata el dolor de esa pérdida incierta a través de los familiares y personas más cercanas de los que un día desaparecieron sin explicación alguna. Cada caso tiene sus circunstancias diferentes y este documental repasa esos puntos en común por los que toda familia pasa cuando alguien querido y cercano desaparece.


A través de sus testimonios relatan, en un espacio íntimo y respetuoso, su  lucha por encontrar una respuesta a una dolorosa incertidumbre que no les deja descansar. Necesitan saber para poder liberarse de todas las infinitas elucubraciones que les surgen, haciéndoles transitar caminos antes inimaginables, a menudo tortuosos y a veces esperanzadores.

Nos hablan en primera persona de sus interminables búsquedas, de sus confusiones, de sus miedos, de sus frustraciones y de un duelo que no acaba de encontrar el sentido. Y por supuesto, también recuerdan a los que un día cualquiera desaparecieron sin dejar rastro, dejando todo en suspenso.


Los familiares de nueve casos de desapariciones inquietantes, relatan en 'Ni vivos ni muertos'su lucha por encontrar una respuesta a una dolorosa incertidumbre que no les deja continuar con su vida.


Ver el documental aqui: http://www.rtve.es/alacarta/videos/documentos-tv/documentos-tv-ni-vivos-ni-muertos/1024673/

DESAPAREGUTS

Fuente: btv.cat


Aquesta setmana parlarem d'aquells que han perdut. Que han perdut l'esperança i el rastre d'un ésser estimat. Un bon dia algú desapareix i no se sap per què. Alguns ho fan voluntàriament. D'altres no. I els familiars es veuen obligats a conviure amb una possible resolució negativa i la incertesa de l'esperança.

El pozo de los desaparecidos

Fuente: larazon.es


Esta semana ha tenido lugar la primera celebración del Día Nacional de los Desaparecidos o Día de los Desaparecidos. La asociación catalana Inter-sos, que es la única que sobrevive a fuerza de sacrificio personal, con sede en El Prat de Llobregat y Cornellá, según les dejen locales estos dos alcaldes solidarios de toda España, ha celebrado el logro que consiguieron con un halo esperanzador, pese a que no han sido muchos los que se han puesto a su lado. En España desaparecen entre 2.500 y 3.500 ciudadanos cada año, y aunque gran parte regresan y son encontrados por los propios medios de las familias, la lista de acumulados, es decir de desaparecidos inquietantes, se eleva ya a 14.000, aunque en nuestro país las estadísticas son poco fiables.


Casi es mejor recurrir a la memoria: Josué Monge, 13, años, en Dos Hermanas, Sevilla, desaparecido el 10 de abril de 2006; quince días más tarde desapareció su padre sin que tampoco haya sido encontrado. Sara Morales, 14 años, desaparecida en julio de 2006, en Las Palmas de Gran Canaria. Yeremi Vargas, 7 años, desaparecido en marzo de 2007. Amy Fitzpatrick, 15 años, desaparecida en diciembre de 2007, en Mijas, Málaga. Marta del Castillo, 16 años, desaparecida el 24 de enero de 2009, en Sevilla. Sonia Iglesias, 38 años, desaparecida el 18 de agosto de 2010, en Pontevedra. María Piedad García, 32 años, desaparecida el 12 de diciembre de 2010, en Boadilla del Monte, Madrid. Son algunos de la larga lista escogidos al azar.


El 9 de Marzo es el día en el que Cristina Bergua, de 16 años, fue vista con vida por última vez. Y aunque en el Congreso, al dar la noticia de que se establecía en su recuerdo y en el de todos los desaparecidos el Día Nacional, le atribuyeron una edad que no era, lo cierto es que es la única noticia buena de la familia desde 1997, que fue cuando se hizo humo.


Juan Bergua creó Inter-sos, con ayuda de otros y hoy lo mantiene con Flor Bellver y un puñado de valientes. Ahora es el momento de reclamar a los desaparecidos: ¿dónde están? ¿Cuándo los vais a recuperar? Miren, basta ya de paciencia inútil: no hay por qué resignarse a que la gente se haga humo y no aparezca más. Hay que exigir a quienes mandan que sean responsables, que los busquen y los encuentren. Que se preocupen por la desaparición de personas: mayores, jóvenes, niños. Una procesión interminable. El proceso del pozo de los desaparecidos es siempre el mismo como sucedió en la casa de Bergua: estaban comiendo todos juntos, los padres se fueron de paseo. Cristina se quedó en la casa con música. Al parecer tenía planeado salir después, parece que a romper con el novio. Esta historia huele fatal.


Los padres llevan años removiendo cielo y tierra, ya saben que las chicas como su hija son de máximo riesgo. Una joven entre los dieciséis y los veintipocos si no regresa a las 48 horas, en otros países dicen que tiene el cincuenta por ciento de posibilidades de no volver jamás. O más claramente: de estar muerta.


Es posible que la lista del pozo de desaparecidos contenga dos centenares largos de niños españoles. El gran temor son los delitos: secuestros, abusos sexuales, homicidios. La tragedia de los desaparecidos se marca en las primeras horas. Si está por volver, el chico vuelve al poco, pero si hay un elemento delictivo, el final es la temida incertidumbre.


Cadáveres sin identificar

Los familiares piden que se identifiquen los miles de cadáveres sin identidad que pueblan los cementerios y que todo resto humano tenga una prueba del ADN. Pero pasa el tiempo y los que gobiernan miran para otro lado. El proceso de identificación es lento y caro. Y al fin y al cabo, los que están sin nombres están todos muertos. Prometieron que las bases de datos se unificarían para que todos los desaparecidos estuvieran en una única relación. De los miles de cadáveres sólo hay unos novecientos con ADN investigado. Para Flor Bellver, presidenta de Inter-sos, no tenemos una legislación clara y se necesita el respaldo a los familiares de las víctimas. La Ley debería ocuparse de los desaparecidos: debería hacerse una ley que obligara a buscar sin fin. Los desaparecidos no deben permanecer ocultos. Falta un vecino, se ha roto un paisaje.

 

Resulta insoportable la historia de dolor incesante. Los familiares no viven, no duermen, no consiguen recuperar sus vidas, mientras el poder se lava las manos. Esas manos manchadas de desaparecidos. Estar desaparecido es cien veces peor que estar muerto, y encima tienes encima todos los trámites policiales, judiciales, médicos, administrativos. Y ni un lugar donde ir a llorar.

La tarde aqui y ahora - Desaparecidos

Fuente: Canal Sur

Sense rastre

Fuente: https://elsumari.wordpress.com/2011/03/10/sense-rastre/


L’Associació Inter-sos, que agrupa els familiars de desapareguts sense causa aparent, van celebrar ahir el primer acte de record d’aquestes persones, que un mal dia ja no van tornar a aparèixer per casa  i de les que no se n’ha tornat a saber res més.

La data, 9 de març, no és casual. És just el dia que fa 14 anys Cristina Bergua Vera, una jove de Cornellà de Llobregat, va desaparèixer amb 16 anys quan tornava cap a casa. Els seus pares van començar aleshores una lluita incansable i valenta per trobar-la i també per aconseguir que les administracions i la policia bolquin tots els seus esforços en la recerca de les persones desaparegudes.


Un magnífic reportatge emès al programa “Documentos tv” de TVE a finals de febrer definia el patiment d’aquestes famílies i la situació dels desapareguts amb un encertat títol: “Ni vivos, ni muertos”. Pares, germans, avis… viuen amb una angoixa permanent i un buit a l’estómac i al cor. “Quan fa fred pateixo i em pregunto si ho estarà passant malament”, diu una mare a l’acte de Cornellà de Llobregat recordant el seu fill, desaparegut fa mesos. On són, què els ha passat, qui els va enganyar, són vius, són morts, pateixen, somien, recorden…? Són tantes les preguntes.


El Congrés dels Diputats va declarar el 9 de març com el Dia dels desapareguts sense causa aparent. Per Inter-sos representa un important pas endavant pel reconeixement d’aquestes persones i de les que pateixen esperant.

Els Mossos d’Esquadra, la Policia Nacional, la Guàrdia Civil i l’Ertzaintza han reforçat en els últims anys els equips d’investigació per intentar esbrinar en menys temps què hi ha darrera de les desaparicions “inquietants” i de risc, per intentar localitzar ràpidament les víctimes i saber què els ha pogut passar. Els Mossos tenen, per exemple, una unitat central de desapareguts, amb seu al complex central de Sabadell.


Cada any es denuncien a Catalunya unes 8.000 desaparicions, de les quals 5.000 corresponen a menors que s’han escapolit d’un centre. Una seixantena es consideren casos inquietants i es converteixen en la prioritat de la policia.

L'Espanyol s'uneix al ‘Dia de les persones desaparegudes sense causa aparent’

Fuente: http://www.rcdespanyol.com/principal.php?modulo=detalleNoticia&idnoticia=10670&idmenu=9

 

Aquest dimecres 9 de març ha tingut lloc el primer acte d'homenatge i reconeixement per commemorar el ‘Dia de les persones desaparegudes sense causa aparent’ a Cornellà de Llobregat. Aquest va ser un acte molt emotiu al que van assistir familiars de persones desaparegudes en tota Catalunya i que ha comptat amb el suport de diversos representants polítics i de la societat civil.

Aquesta data va ser triada pel Congrés dels Diputats al novembre de 2010, recordant la desaparició de la veïna de Cornellà, Cristina Bergua Vera, ara fa 14 anys, en circumstàncies no aclarides. Segons va avançar llavors el president del Congrés dels Diputats, José Bono, amb aquesta iniciativa, el Congrés pretenia cridar l'atenció dels espanyols i de les institucions sobre un problema greu: el de les milers de persones desaparegudes sense un motiu aparent.

 

L'acte va tenir lloc a la Plaça dels Enamorats, al costat de l'Ajuntament de Cornellà, i va ser organitzat per InterSOS (associació que agrupa familiars de persones desaparegudes en aquest tipus de circumstàncies). Per part de l'Espanyol, va assistir Xavi Giménez, director de Màrqueting Social i Nous Projectes, per mostrar tot el suport de la família espanyolista a aquesta causa.

 

A més, van assistir Carmen Hermosín, presidenta de la Comissió del Congrés, l'Alcalde de Cornellà de Llobregat, Antoni Balmón, l'Alcalde de Sant Boi de Llobregat, Jaume Bosch, l'Alcalde del Prat de Llobregat, Lluis Teixidor, Josep Milans, sotsdirector general Operatiu de Mossos d'Esquadra, Paco Lobatón, periodista, Jordi Évole, guionista i presentador de programes i Bartolomé Jiménez, president de la Creu Roja a Cornellà, entre d’altres.

Un periodista a seguir, Paco Lobatón

Fuente: http://mar-endins.blogspot.com.es/2011/03/blog-post.html


En la historia de la televisión en España ha habido muchos programas que han marcado un antes y un después. Uno de ellos es “Quién sabe dónde”, el espacio dedicado a buscar a personas desparecidas sin causa aparente. Fue un éxito rotundo en la década de los noventa con un promedio del 33% de cuota de pantalla a lo largo de su historia. Era el líder habitual en su franja horaria y estuvo seis años en pantalla.


Pero lo mejor de este programa no son sus resultados, si no su razón de ser. Era un programa que más allá del sensacionalismo, del morbo y del juego del dolor de las personas tenía la finalidad de ayudar, de ser un servicio social.

Y tras él, un periodista cuyo nombre siempre estará vinculado al programa: Paco Lobaton. Recuerdo de niña verlo en la pequeña pantalla y el pasado 9 de marzo tuve la oportunidad de estar cara a cara. En esta ocasión, yo hacía las preguntas y él, con maestría, sus respuestas. Toda una lección de un gran periodista a otra pequeña periodista que quiere seguir los pasos y el ejemplo de personas como Paco Lobaton. Un periodista comprometido, que cree en el uso social de los medios de comunicación y que, a pesar de no estar delante del televisor, sigue comprometido como persona.

Paco Lobatón, ha sido todo un orgullo entrevistarte.


España Directo - El día de los desaparecidos

El nueve de marzo es el Día de las personas desaparecidas sin causa aparente. Un día para recordar que en nuestro país hay más de catorce mil personas en esta situación, pero también para acompañar en su recuerdo a sus respectivas familias, y para que no se detenga el trabajo institucional y policial encargado de prevenir, investigar y de resolver estas desapariciones.


http://www.rtve.es/alacarta/videos/espana-directo/espana-directo-dia-desaparecidos/1041424/?date=1299867204050