Fuente: elcorreo.com
«He estado en La Guajira desconectado del todo. Un mundo diferente aquello. Apartado de todo. Un desierto que acaba en el mar... Tengo que escribir de todo esto. Pero lo tengo que hacer con alma. Sólo puedo decir que es por esto por lo que quería viajar. Es esto lo que buscaba», decía Borja Lázaro Herrero en sus últimos emails a sus amistades de Vitoria. Enviados en diciembre de 2013, ahora forman parte de unas tarjetas que se han distribuido este sábado entre el centenar de asistentes a la concentración en recuerdo del joven alavés, desaparecido en Colombia hace ahora ocho años.
«Queremos que no se olvide. Y que también en las redes sociales se extienda y llegue allí. Tenemos muchísimo apoyo en el País Vasco y ojalá llegue allí», expresaba la madre de Borja, Ana María Herrero, poco antes de encabezar la concentración en la plaza de los Celedones de Oro. Convocado para las 12.30 horas del sábado 8, el acto conmemoraba la desaparición del alavés, cuyas últimas noticias se recibieron en la noche del 7 al 8 de enero de 2014.
Un centenar de personas se ha reunido junto a una fotografía del vitoriano, con camiseta del Alavés, en una pancarta que rezaba «Te esperamos Borja/ Zure zain gaude Borja». Entre los asistentes se encontraban el diputado general de Álava, Ramiro González, la concejala de Convivencia y Diversidad, Miren Fernández de Landa o el viceconsejero de Seguridad, Rodrigo Gartzia. También el músico Igor García Beitia quien, con la colaboración de Alison Keable, dedicó una canción original, 'Valió la pena', a Borja. Además de este tema, basado en un sueño recurrente en el que se encontraba con su amigo, Beitia y Keable cerraron el acto con una versión del 'Txoria txori' de Mikel Laboa.
En cuanto a posibles noticias de Borja Lázaro, la familia sigue sin novedades, pero intenta que el caso siga abierto. Ana María Herrero recordaba que en la zona donde se perdió el contacto con él «hay muchas desapariciones y violencia. La Guajira es un territorio difícil, hay contrabando de gasolina y de drogas, paramilitares... Hay muchos desaparecidos y un español para ellos cuenta poco». En Vitoria se le tiene presente ocho años después.
